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¡¡¡¡Por fin!!! las “deseadas” fiestas navideñas,¡¡¡¿o no?!!!.
Pues más bien, creo que no. O al menos eso es lo que todo adulto opina en conversaciones cercanas y relajadas de mi alrededor.
Entonces, ¿por qué continuamos con el teatro?.
Llegan las Navidades y con ellas, no solo el Adviento y las connotaciones religiosas para los que lo sean, supone también las famosas copas de Navidad de las empresas y las copiosas cenas junto a familiares propios y políticos. Y estas reuniones a veces no son otra cosas que motivo de conflictos, disputas, angustias y ardores de estómago (y no solo por los excesos en bebida y comida).
Yo, personalmente, ya empiezo a ponerme nerviosa y sobretodo no puedo dejar de pensar en las compras. Algo que detesto profundamente y más si hay que comprar por comprar y soportar enormes concentraciones de personas en el mismo sitio, las tiendas. Además ya empiezo a oír que todos los restaurantes están llenos para ciertos días, ¡¡qué horror!!. Y al mismo tiempo me pregunto ¿para qué me enojo? ¿acaso tengo alternativa? ¿para qué sentirme así?…
Pues bien, nuestro consejo desde Afincoach es el de que si no puedes o no tienes la excusa o el dinero suficiente para irte de crucero al Caribe o cualquier otro sitio, no te queda otra que “aceptación”. Así que intenta, por encima de todo, disfrutar, dentro de lo que cabe, y hacer feliz al que te rodea. Porque yo pienso que si seguimos con el “teatro” es por los niños y por nuestros mayores. Así que no lo estropees quejándote y mucho menos delante de ellos.
Seguramente los demás adultos de tu entorno navideño piensan exactamente lo mismo que tú de esas cenas, comidas y reuniones, pero ten en cuenta que estas fiestas no son para nosotros, los adultos, sino para los más pequeños y para los más mayores.
Así que toca hacer coaching o mejor dicho mentoring porque si fuera coaching, no daríamos consejos y te vamos a proponer lo siguiente:
- Deja de quejarte. No sirve para nada. Solo para amargarte más.
- Saca el niño/a que tienes dentro.
- Haz un poco el payaso.
- Decora la casa y cocina con los niños. (Este solo si tienes niños claro, si no también tienes la opción de los sobrinos que también es muy recomendable).
- Haz una acción generosa, pero mejor si es con alguien de tu entorno y con el que te cueste más relacionarte.
- Escucha de forma activa a todos los que te rodean. Deja un poco de lado el móvil.
- Piensa en la felicidad de los niños. Fíjate en los pequeños detalles que más les ilusionen. Léeles cuentos y comparte historias con ellos. Podrías aprovechar y ver fotos de cuando eran o erais pequeños.
- No les amargues las fiestas más bonitas del año. Siempre, al igual que tú, recordarán una infancia y unas Navidades inolvidables.
- En la copa de Navidad, no pierdas lo papeles. Tómatelo con calma. Has trabajado muy duro para dar una imagen, así que no la tires por tierra en tan solo 3 horas. Aprovecha para hacer nuevos amigos y contactos y para, ¿por qué no? avivar relaciones que puedan ayudarte en un posible movimiento interno y ascendente, dentro de la compañía.
- Y por último, ¿has oído hablar del cambio de etiqueta?: Cuando veas o estés con alguien en esa copa o cena navideña que no sea muy de tu agrado, que te ponga nervioso/a y te entren ganas de …, piensa diferente:
- piensa que tal vez ha pasado o está pasando por un mal momento
- que tal vez sea una persona insegura
- que tal vez tenga una gran falta de autoestima
- que tal vez no sea muy inteligente
- que tal vez no tenga muchas cualidades sociales o interpersonales
- que tal vez se encuentre solo o sola
- que tal vez no haya tenido las mismas oportunidades que tú
Entonces, si tus pensamientos cambian y la miras de forma diferente, podrás verla con cierto cariño por todas esas carencias e interactuarás diferente. Le podrás escuchar y hablar con respeto. Te sentirás orgulloso/a de ti mismo por poder hacerla sentir importante y la copa o cena no te resultarán tan tediosas. Al cambiar tu actitud, cambiarás los sentimientos. ¡Pruébalo!.
Por supuesto, esto son solo unas sugerencias, pero si cada uno de nosotros intenta hacer feliz a los que le rodean, las navidades serán mucho más bonitas y daremos un ejemplo magnífico de generosidad a los más pequeños de la casa.
Por cierto, si no se te ocurre ningún regalo y te gusta ser original,
¡¡¡Regala coaching!!
Regala un vale de 4 o 6 sesiones de coaching para esa persona especial.
Para más información llama a cualquier número del equipo de Coaches certificados Afincoach. Teléfonos en la web www.afincoach.com
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!