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El blog de hoy trata sobre algo que lleva rondándome la cabeza varios años y que no me había dado cuenta hasta que he conocido a alguien tan vivo, alegre, espontaneo y auténtico que me ha hecho darme cuenta de que hacía mucho tiempo que no conocía a nadie así y tal vez sea porque estén en peligro de extinción. Esta persona me ha hecho conectar con este sentimiento. Y es la falta de espontaneidad en la gente y cómo cuando alguien lo es, al resto le sorprende e incluso se le mira de reojo como a un bicho raro. Y yo quiero aquí y ahora, reivindicar eso:
“¡¡Por favor, más gente auténtica!!.
¿Hemos perdido la capacidad de ser auténticos? ¿De qué tenemos miedo?.
Cada vez hay más gente que vive de forma autómata, sin sentir ni padecer, corriendo, aparentando, mostrando una fortaleza y seguridades inventadas. Nos preocupan cosas como el poder, el status social y el profesional, el dinero, y yo me pregunto, ¿qué ha pasado con el “sentir”?.
Son los walkingdeath o los llamados también en las organizaciones los workingdeath. Cuerpos sin almas al fin y al cabo. El 90% de los problemas en las organizaciones suelen estar asociados a la mala comunicación y eso pasa por no comunicar desde el sentir. “Como yo me siento con esto o cómo esta situación me hace sentir”. Desgraciadamente igual pasa en muchas parejas.
Mi nueva profesión, que me encanta y apasiona, no deja de sorprenderme cada día más. Estoy teniendo el privilegio y la gran oportunidad de conocer mucha gente nueva y en cada una de ellas descubro fantásticas cualidades en personas increíbles. Sin embargo, muchas de ellas tienen en común que no se atreven a ser y actuar tal como son, y yo creo que es por miedo a mostrarse vulnerables. Y yo digo: ¿y qué?, ¿y qué si no soy perfecto? ¿y qué si digo lo que siento y cuando lo siento? ¿y qué si arriesgo de nuevo a vivir las mejores emociones de la vida como la pasión, la entrega, la aventura? ¿ y qué si vuelvo a sentir?.
Hay algo que especialmente me pone de los nervios y es cuando alguien dice, “Es que como me hicieron daño una vez, entonces me he puesto una coraza y ya no dejo entrar a nadie en mi vida”, pero, ¡¡¡¿qué sandez, por no decir otra cosa, es esta?!!!, ¿de qué película de tercera categoría han sacado esta tontería?. Pues hala!!, ve de víctima y sufre!!. Cuando te quieras dar cuenta, estaréis solos tú y tu coraza. Perdón por el ímpetu.
He podido leer el artículo de un sanitario que trabajaba con ancianos, ya en cuidados paliativos y escribió cuáles eran las tres cosas que estos más repetían en sus últimos momentos:
- Deseaban haberse atrevido más en la vida.
- Deseaban haber dicho más veces te quiero.
- Deseaban haber estado más tiempo con las personas queridas.
Cuando cumplas 90 años, ¿qué querrás decirte?.
Y creo que es porque en general estamos, con perdón, “capados emocionalmente”. Lo bueno de mi profesión es que en las sesiones de coaching, los coachees se abren al coach y cuentan todas sus inseguridades, sus pasiones ocultas, sus debilidades, sus sueños y deseos, en pocas palabras, se muestran tal como son, en esencia, y eso, a fin de cuentas, es lo más maravilloso del ser humano; por un lado su capacidad de amar y por otro lado su capacidad de equivocarse y aprender de ello. Vulnerables a fin de cuentas.
No puedo hablar de los procesos que coaching que hago pero si deciros que en todos estoy encontrando gente extraordinaria. Solo quiero compartir con vosotros algún detalle como el de una neuropsicóloga que tras varias sesiones hablando de su clínica, lo que realmente estaba deseando era tener familia. Ahora tiene un bebe y está feliz. Un violinista cuya gran pasión es llegar a ser bombero. Está en ello y lo va a conseguir. Un ingeniero que reconduce su vida profesional, no sin miedos, por supuesto, pero con ganas, valor y entusiasmo. Una estudiante de ingeniería, llena de vida, apasionada por sentir y que nota como su entorno y la sociedad intenta taponar sus sentimientos, cuestionando su lágrima fácil.
Son todos increíbles y muchos no lo saben aún.
Los sentimientos que me han inspirado a escribir este post, me los ha despertado una persona muy especial. Un tipo de persona que creí en peligro de extinción. Alguien auténtico, vivo, atrevido, espontáneo, alegre, feliz, sin miedo a decir todo lo que pensaba, sin miedo a “sentir”.
Hacía mucho mucho tiempo que no conocía a nadie así.
GRACIAS.