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IMG 20170308 WA0031Me reunía hoy con un amigo, CEO de una Asesoría Fiscal y laboral y a la vez que degustábamos un rico café de media mañana, compartía conmigo lo difícil que es, hoy en día, encontrar talento y más aún, retenerlo.

Puede presumir y yo puedo confirmarlo, que ofrece unas condiciones laborales tan ventajosas, que ya quisieran muchas empresas saber ofrecer y más aún, ya quisieran muchos trabajadores poder disfrutar. Sin embargo, hay veces que eso, por alguna razón, no basta.

Identificar y atraer el Talento verdaderos será la condición sine que non para la supervivencia y éxito de muchas organizaciones en el siglo XXI.

La estrategia necesaria para afrontar y gestionar un cambio constante y cada vez más desafiante requieren, sin olvidar la inteligencia y experiencia, de otras competencias específicas. Competencias como:

  • Motivación, tanto la propia como la ajena y entendiendo por motivación la mezcla de ambición y humildad.
  • Introspección o capacidad de adquirir y dar sentido a la información. Sacarle provecho. Pensar estratégicamente.
  • Curiosidad: impulso hacia los nuevos conocimientos y experiencias. Promover la curiosidad como activadora de la innovación.
  • Determinación: palabra que adora Pilar Jericó y que yo aprendí de ella. Valor para enfrentarse a los desafíos y adversidades.

Competencias, que por otro lado, se trabajan con coaching ejecutivo, tanto individual como de equipos.

No solo vale tener «buenos profesionales» sino “buenas personas”.

“Para ganar hay que contar con los mejores”. En un entorno cada vez más competitivo, es necesario reclutar al mejor talento y luego formarlo y retenerlo. Y por supuesto, no dejar nunca de entrenarlo. Si contratas a una estrella y luego no la entrenas, no será estrella mucho más tiempo.

Pero ojo, el líder debe ser el primero y dar ejemplo. Cuidar a su equipo, pensar en ellos como parte de una familia que trabajan por los mismos ideales, propósitos y siempre desde una visión conjunta.

Una organización en la que haya diferentes visiones del objetivo por el cual trabajan, está, bajo mi punto de vista, abocada a la desaparición.

Mi opinión es que hay que trabajar con cierta frecuencia en la visión compartida con todo el equipo. Dejar claro hacia dónde se va y para qué. Permitir opiniones de cada persona, que tal vez puedan estar viendo algo en los mercados que escapa del líder y que suponga un posible y necesario cambio de rumbo. De esta forma, estaremos atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor, nos sentiremos parte del equipo porque se nos tendrá en cuenta y con ello generaremos un compromiso superior a la media.

El compromiso del equipo y sentirse parte del proyecto, es la mejor medicina para evitar la fuga de talento.